La vida sin deudas

La vida sin deudas

Hoy en día, para la mayoría de las personas es prácticamente imposible pensar en una vida sin deudas, pero es realmente posible vivir sin deberle nada a nadie? Mi respuesta corta es SÍ.

Hace unos años vivía como muchos de ustedes, ahogado por las deudas, pasaba noches sin dormir pensando como iba a pagar la próxima cuota de la tarjeta, el próximo mes de alquiler, las facturas de servicios, de donde iba a sacar para cubrir los gastos diarios. Para los que me rodeaban y no conocían mi situación real, seguramente me veían como una persona de «éxito», tenía auto, una casa frente al mar en Santa Marta, vivía en una buena zona en Bogotá y viajaba al exterior de vacaciones, lo que no sabían era que en realidad, casi nada de lo que tenía era mío, sino de los bancos.

La deuda se convirtió en algo normal en nuestra vida, vivir por encima de nuestras posibilidades es la norma para la mayoría, todo potenciado por nuestra ignorancia financiera y la voracidad de los bancos a la hora de ofrecer créditos y tarjetas a todo el mundo sin ningún tipo de responsabilidad con sus clientes (obviamente, ese es su mayor negocio).

En realidad, necesitamos endeudarnos? En la mayoría de los casos, no. Lamentablemente los medios de comunicación, las redes sociales y sobre todo, la presión social hacen que compremos cosas que no necesitamos, cosas que en realidad no aportan mucho a nuestra vida. Es tan importante tener el último teléfono móvil lanzado al mercado? NO! Es importante y útil tener un teléfono móvil, pero en el 90% de los casos, con un teléfono básico alcanza y hasta sobra. Es importante tener un auto de 50.000 dólares (o más). NO! Es importante tener un auto en muchos casos, pero con que nos lleve a destino de manera segura basta. Es importante tener una casa de 500.000 dólares? NO! Es importante tener un techo que sea cómodo y seguro, pero para eso no es necesario tener una mansión.

¿Que quiero decir con esto? Que en la mayoría de los casos gastamos dinero y sobre todo, dinero que no tenemos en cosas que NO son necesarias, sólo para cubrir vacíos que con el tiempo nos damos cuenta de que no se llenan con esas cosas. Eso lo saben los bancos y las empresas, de eso viven y eso promueven en los comerciales: compra x auto y serás más feliz, compra x casa y serás más feliz, compra x celular y serás más feliz, pero no…la felicidad no está por ese lado.

¿Cómo hice para salir de esa trampa? Primero, dejé de comprar todas aquellas cosas que no eran imprescindibles, dejé de gastar más de lo que ganaba, o sea…dejé de cavar el pozo en el que me estaba enterrando desde hacía años. Luego con mi esposa organizamos todas las cuentas, registramos todo lo que teníamos (nuestro capital) y todas nuestras deudas. Vendimos la casa que teníamos, juntamos el efectivo del que disponíamos (ahorros, cesantías, etc.) y organizamos un plan de pago de nuestras deudas. Resumiendo y para no hacer este post tan largo, en poco más de un año pagamos todo y quedamos en ceros. Sí, cero deudas! No le debíamos un solo peso a nadie. No fue fácil, no es simple afrontar esa situación, entender y aceptar tus errores y enmendarlos, vender lo poco que teníamos para empezar nuevamente desde cero, pero fue la mejor decisión que tomanos en nuestras vidas.

Desde ese momento todo empezó a mejorar, ya no teníamos tanta presión, podíamos pensar las cosas más tranquilamente, comprábamos todo de contado (o con tarjeta en el caso de ser necesario pero pagando en una cuota) y vivíamos por debajo de nuestras posibilidades. Eso nos trajo libertad y sobre todo, paz. Si había un «sobrante» lo ahorrábamos y cuando teníamos una cifra más o menos interesante, invertíamos una parte. Y lo más importante, nos organizamos con nuestros movimientos de dinero, ingresos y gastos (sobre todo yo que soy ahora el más obsesivo con los números) para conocer nuestra situación financiera en todo momento.

Vivir sin deudas es un mundo nuevo, lleno de posibilidades, te permite tomar mejores decisiones y aprovechar oportunidades de negocio. Cuando la gente dice «plata llama plata» es totalmente real y no porque sea algo mágico, sino porque cuando no tenés deudas y tenés aunque sea algo de ahorros (no hace falta que sean millones), los negocios aparecen o mejor dicho, los podés ver porque en realidad los negocios siempre están ahí, sólo que vos al estar con mil deudas y con las preocupaciones que ellas traen, o no los captás o simplemente no los podés aprovechar porque no tenés ninguna posibilidad económica.

No importa la situación en la que estés hoy en día, yo estuve ahí y sé que hay momentos en los que uno realmente no ve ninguna salida y cree que está condenado a vivir de esa manera. Repito lo que dije más arriba, no es fácil, no es soplar y hacer botellas, no se sale en poco tiempo de una situación a la que llegaste luego de años de errores acumulados y malos hábitos, pero con decisión, fortaleza e inteligencia finaciera, se puede salir de ahí.

Mi recomendación final: enfrentá tu situación, conocé tus números (ingresos, capital, gastos y deudas), estudiá aunque sea lo básico sobre finanzas personales (hay muchos libros y videos en youtube en los que podés hacerlo), yo sé que eso puede ser doloroso, pero es la base para que puedas organizarte y tomar las decisiones necesarias para salir de ese pozo financiero en el que estás.

Si tenés alguna consulta sobre este tema o pensás que puedo ayudarte en algo, contactame a través de mi cuenta de Twitter @cypher1984.

1 comentario en “La vida sin deudas”

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